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8.22.2006

EL CAMPITO


Democracia...cuando el grupo se reúne, la primer cosa que se hace es la pisadita para elegir los jugadores

Un artículo del periodista brasileño Rossó Cauaca de la década del 50 nos decía: quien ya asistió o participó de un partido en el campito, sabe si el arco representa un castigo duro para cualquier niño. Cuando el grupo se reúne en medio del campo (generalmente un terreno baldío), la primer cosa que se hace es la pisadita para elegir los jugadores:

Si no sabe patear, no sabe driblear, no sabe pasarla, no cabecea, no sabe hacer nada. Entonces hay solo un lugar para toninho: el arco.

El escaparía del castigo si fuese el dueño de la pelota. Ahí, en la hora de la sentencia, puede tomar la pelota bajo el brazo y amenazar:

à si no juego en la delantera no hay partido...

Infinidad de veces aprovechábamos los espacios verdes, los baldíos, los campitos, los parques. Jugábamos dos contra dos, tres contra tres, y a medida que otros iban llegando, se armaba flor de partido. Los arcos, eran de lo más variado, de dos pasos de un paso, de tres pasos, y hasta de ocho pasos.

Jugábamos con golero, sin golero y hasta con golero de peligro . Los palos con lo encontráramos, piedra, ropa, palitos, otra pelota, etc. Etc. Lo mismo sucedía con el partido diario sobre el asfalto, en el barrio, donde las vecinas sufrían por miedo a la rotura de un vidrio (que si esto sucedía mangueábamos a nuestros padre para reponer el vidrio roto).

Transpiración, olor, caras sucias, golpes sin intención de lastimar, habilidad, diversión, creatividad, dominio, destreza, alegría, placer, encanto de correr tras una pelota y hacer libremente lo que se nos ocurriera. La hora de cada tiempo..., ¡ah sí!, la daba las ganas de comer, ese reloj interior, o el llamado de la madre, para hacer un mandado. Ni la lluvia suspendía el picado .

Descalzos, con los zapatos viejos o algún champion heredado del hermano mayor iba pasando el tiempo y soñando con la vida, con las fantasías, con la diversión y las ganas de salir día a día a jugar a la pelota. La peor penitencia era no poder salir a jugar, a encontrarse con el amigo, con el vecino y algún que otro pariente que se asomaba por la cuadra o el campito. La pelota, de plástico, de goma, de media, rellena de diarios y/ o trapos y de vez en cuando alguna de cuero.


"Juego, jugar, saltar, andar, creatividad y alegría..."