MERCANTILISMO INFANTIL

MONTEVIDEO (France Presse).— El mundo del ''baby fútbol'' (fútbol infantil) en Uruguay es una pesadilla, pues existe una red de cazatalentos en la que se mercantiliza a los menores, según un informe que publica este lunes el diario El Observador.

El matutino denuncia que se conocen casos de padres que cambiaron a sus hijos por electrodomésticos a la espera de que se conviertan en estrellas de fútbol, en tanto otros reciben mensualmente bolsas con alimentos de empresarios futbolíticos a cambio de una futura ficha para el niño.

También se conocen casos de quienes reciben dinero, unos 500 o 300 dólares mensuales, más un par de zapatos por año, indicó el periódico.

Estos negocios ocurren en general con padres de bajo nivel socioeconómico que buscan la salvación familiar en el futuro futbolístico de sus hijos, y no les interesa que estudien, sino que sean buenos jugadores, y los menores son sometidos a enormes presiones.

Los cazatalentos muchas veces prometen a los padres que sus hijos estarán en tres años jugando en primera división, pero las promesas no siempre se cumplen y los empresarios no adquieren compromisos. Si el chico sirve, recuperan la inversión, y si no buscan a otro, indicó el diario.

En ese marco, es común que los jueces de los partidos de ''baby fútbol'' sean blanco de insultos y agresiones. Semanas atrás el árbitro Fernando Cocino terminó en un Centro de Cuidados Intensivos peleando por su vida tras ser agredido por padres en uno de estos cotejos.

Gonzalo Russo, entrenador del club San José de Carrasco, dijo a El Observador que "lo que pasa en el baby fútbol es criminal".

"Existe un mercantilismo complicado y no hay un control profundo de lo que pasa" de parte de las autoridades, agregó.

"Hay ligas que quieren transmitir transparencia y mientras los niños juegan, los padres están tomando whisky en la cantina y los negocian", dijo Russo.

Los negocios son de "técnicos con padres, de presidentes de clubes, hay contratistas, mercantilismo, convierten al niño en un producto", agregó.

Russo dijo que hay casos "de compras de botijas (niños) por electrodomésticos, a esta altura resulta algo común, y lo peor del caso es que no se toman medidas para frenar toda esta locura".